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lunes, 13 de mayo de 2013

Shad20wrun, primeras sensaciones.

Este fin de semana hemos terminado la aventura "El Asunto Knocker" (que podéis descargar en una entrada anterior), con el sistema Shad20wrun. Tras unas cuantas sesiones de juego en las que hemos probado casi todo, mi sensación es que el sistema, pese a no ser perfecto ni mucho menos, me ha permitido ganar la suficiente agilidad respecto al sistema original como para que no me resulte incómodo de dirigir para un grupo numeroso de jugadores.

Existen algunos problemas que forman parte del sistema de base, como que un jugador que tenga una sola acción por asalto en un combate con muchos jugadores y enemigos, se aburre porque le toca esperar un rato enorme para hacer su acción mientras que otros actúan dos y tres veces. Aquí no podemos hacer nada sin modificar radicalmente el sistema original.

El hecho de dividir el turno en cuatro acciones fijas ha simplificado un poco el tema del control del movimiento. No es una mala opción, aunque tampoco ha sido ninguna genialidad. A veces en el tercer asalto todo el mundo ha terminado las acciones y queda ahí un asalto tonto, solo para movimientos o acciones similares que resulta un pelín absurdo. Tampoco es que estorbe realmente y creo que la opción de andar dividiendo el movimiento en función de cuantas acciones hacen los personajes más rápidos es peor. Me gustaría poder hallar una solución mejor pero, de momento, sirve.

Respecto a los estados de salud, me gusta como ha quedado para los jugadores y para los malos principales pero he utilizado en la última sesión el concepto de "secuaces" que se incluye en las reglas de Nsd20. Lo he incluido "más o menos". Los pnjs que son menos importantes los he dejado con una sola casilla de salud en los estados intermedios, de forma que son algo más sencillos de eliminar y puedo meter más enemigos sin que se alarguen demasiado los combates. Ha sido una buena solución.

Con la matriz estoy encantado. Creo que no necesita retoques. La magia se comporta bien aunque hay momentos concretos en los que me causa dudas, creo que hay demasiadas pequeñas variaciones en función del hechizo que se esté lanzando. De momento no ha demostrado desequilibrarse ni a favor ni en contra del personaje mago y sigue siendo tan letal como lo recordaba. Por lo pronto no haré cambios ahí.

Y creo que ya está. Las sensaciones son lo suficientemente buenas como para que, tanto mis jugadores como yo mismo, queramos seguir jugando. Si todo va bien, dentro de poco colgaré por aquí la siguiente aventura.


miércoles, 8 de mayo de 2013

El super paño-tablero

Seguro que la gran mayoría de los que jugáis a rol habitualmente tenéis el típico tablero de juego, seguramente sobre una pizarra borrable, cuadriculada lo mejor que habéis podido. Y seguro que mil veces se os ha quedado corto para el mapa o el dungeon en el que vuestros jugadores se mueven y entonces hay que borrar una parte que sabes que vas a necesitar más tarde, o sacar un segundo tablero...

Pues a mi también, claro, y mientras espero a que llegue el momento en el que pueda montarme mi sala de juegos con un proyector sobre la mesa, o una pantalla táctil gigante o alguna otra frikada super carísima solo para jugar, he decidido hacer ésto:


Se trata de una tela blanca de las que las que puedes encontrar en cualquier tienda de los chinos, de esas que te cortan por metros (2,5 mts en mi caso) y un plástico que he encontrado en la misma tienda y que también te sirven por metros. Después, armado de paciencia, un rotulador permanente y un listón de dos metros, me he dedicado a cuadricular el plástico... y ahí lo tenéis, el paño-tablero de juego.

He de decir que el plástico se borra perfectamente cuando utilizas sobre él los rotuladores para pizarras blancas (de hecho, se borra mejor que muchas pizarras blancas). Además he tenido la precaución de marcar el lado en el que he pintado las líneas para dibujar los mapas por el contrario, así me durarán más, que aunque el bolígrafo sea imborrable, el rascar de lápices, miniaturas, comidas y bebidas variadas, seguro que lo acaba eliminando.

Otra ventaja es que tengo la posibilidad de imprimir planos a escala que me interesen (sobre todo me parece útil para zonas de exteriores) y solo tengo que deslizarlos entre la capa de plástico y el paño blanco para cuadricularlos al instante y poder hacer los combates.

En fin, una tontería como otra cualquiera, que me ha costado menos de diez euros y un par de horas de trabajo, pero que promete muchas horas de uso.

Una recomendación para el que se anime a fabricarse el suyo: el rotulador permanente, que sea lo más fino posible. El que yo he usado no lo es demasiado y, al ser negro, me va a obligar a pintar con otros colores para que se note bien. Cosas de ser el primero en hacerlo. Si lo hiciera de nuevo utilizaría otro color, hay rotuladores permanentes de color metalizado (el plateado me parece apropiado), que quedarían igual de bien y permitirían utilizar el rotulador negro... ahí dejo la idea.